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21 de mayo de 2014

Pétroleo (1936)

Durante la primera mitad de la década de los años 30s, la situación entre las compañías petroleras y sus trabajadores en México se volvió extremadamente conflictiva, resultando usualmente en huelgas y en ocasiones violencia. El origen de estas tensiones entre ambos grupos era que los trabajadores demandaban mejores condiciones laborales y básicamente un nuevo contrato colectivo en su relación con las compañías. Las compañías no estaban muy felices con estas demandas y aseguraban carecer de los fondos necesarios para satisfacerlas. Naturalmente, la opinión pública se encontraba dividida respecto al tema, sin embargo, al irse descubriendo los pormenores del trato de las empresas hacia sus empleados, tanto el gobierno mexicano como la población comenzaron a ponerse del lado de los trabajadores. Para contrarrestar esto, en 1936 las compañías petroleras decidieron crear un cortometraje educativo como propaganda con la esperanza de ganar un poco de simpatías entre el público. Para hacerlo, contrataron al equipo responsable del gran éxito de aquel año: "Allá en el Rancho Grande".

El resultado fue "Petróleo - La Sangre del Mundo", un cortometraje de 19 minutos que narra la importancia histórica del petróleo y sus derivados para el desarrollo industrial de un país. Escrito por Antonio Momplet y los directores Arturo S. Mom y Fernando de Fuentes, "Petróleo" es realmente muy completo como film informativo sobre los procesos de extracción de petróleo crudo y su posterior tratamiento para la producción de sus derivados. Sin embargo, siendo una película de propaganda con la intención de exaltar el papel que juegan las compañías en la industria, sus orígenes e intenciones se vuelven obvios al emplear el tiempo en explicar cuan necesarias son precisamente las compañías para el futuro de la nación. Ciertamente las compañías tienen un punto en el sentido de que su tecnología, capital y experiencia eran de gran necesidad en ese momento, pero la narración de la cinta tiende a exagerar su papel. Sin embargo, lo realmente curioso respecto a "Pétroleo - La Sangre del Mundo" es que a pesar de esto, el cortometraje logra dar nada menos que el mensaje opuesto.

Y esto ocurre debido a la inteligente manera en que narración e imágenes son montadas en el filme. Como se mencionó anteriormente, los directores de la cinta son Fernando de Fuentes y el argentino Arturo S. Mom (la cinta, coproducción argentina, sin duda se empleó también en el país sudamericano con el mismo fin), quienes emplean la belleza del trabajo de cámara de Adolfo W. Slazy, Manuel Álvarez Bravo y Gabriel Figueroa para dar vida a las palabras de las compañías petroleras. Lo que ocurre es que mientras la narración habla de lo benéficas que son las empresas petroleras, las imágenes muestran la dura labor de los trabajadores, la gente común, poniendo especial énfasis en la nobleza de su obra, la fuerza del trabajo colectivo y las dificultados que tienen para obtener "la sangre del mundo". De manera visual, "Petróleo" tiene mucho que ver con la propaganda soviética que desarrollaran Sergei Eisenstein y otros cineastas rusos que con el montaje clásico de cine educacional. Y no sólo en cuestión de montaje, sino en su temática misma, y claro, las imágenes de "Pétroleo - La Sangre del Mundo" dicen más que la narración.

Este contraste entre imágenes y palabras está tan bien organizado que no podría haber sido una mera coincidencia, y es de hecho un genialmente diseñado golpe a las compañías que producen el filme pues los realizadores logran hacer propaganda para el lado contrario. En sus memorias, el legendario fotógrafo Gabriel Figueroa (un socialista convencido) asegura haber sido el responsable de esta idea, detallando como al estar familiarizado con la forma de trabajar de Álarez Bravo y De Fuentes, podía metersus ideas sin que nadie lo notara. Aunque la posibilidad de que Figueroa fuera la mente detrás de este acto, es difícil pensar que lo haya realizado sin la colaboración de De Fuentes, o al menos de los editores Carles L. Kimball y Ulrico Stern, pues el tono socialista de "Pétroleo" es tan sutil y poderoso que se encuentra en cada cuadro de la cinta. Como se esperaría de semejante grupo de fotógrafos (Álvarez Bravo se volvería un reconocido maestro de fotografía fija), las imágenes de "Pétroleo" son de una gran calidad y hasta de una cierta belleza.

Al final, la lucha entre las compañías petroleras y sus trabajadores terminó en 1938, cuando el presidente de México, el general Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera en marzo 18 de ese año. El movimiento de los trabajadores se había vuelto ya muy popular entre la población, por lo que aunque "Pétroleo" no haya sido un factor de peso en esto, se puede decir que las ideas de Figueroa y compañía triunfaron al final. A pesar de que "Pétroleo - La Sangre del Mundo" es un cortometraje educacional (lleno de los problemas típicos del género, empezando con una pobre narración), la forma en que las imágenes están en constante lucha contra la propaganda del filme la hace una cinta muy interesante. Como ejemplo del poder de las imágenes, es simplemente fascinante.


7/10
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