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12 de octubre de 2012

Incubo sulla città contaminata (1980)

Sin duda uno de los momentos clave en la historia del horror italiano ocurrió en 1978 con el estreno de "Dawn of the Dead" del norteamericano George A. Romero. Distribuida por Dario Argento con el título de "Zombi", el filme fue un éxito total y las compañías productoras italianas vieron en la épica de zombies de Romero el camino a seguir para la realización de nuevas cintas de horror. Así, al año siguiente se estrenaría la cinta "Zombi 2" de Lucio Fulci, que aunque no tenía nada que ver con la de Romero se le tituló así para capitalizar el éxito. Aplicando la clásica estilización y agresiva violencia del horror italiano, "Zombi 2" tuvo también un gran éxito, por lo que pronto más películas de muertos vivientes comenzaron a aparecer, copiando el modelo establecido por Fulci. El horror italiano cobraba fuerza gracias a los zombies, aunque como ocurrió en su momento con los Spaghetti Western, los clones raramente alcanzaban la calidad del original. "Incubo sulla città contaminata" es un ejemplo clásico de esto, pues se encuentra mucho más cerca de la comedia involuntaria que del horror zombie.

Conocida en México como "La invasión de los zombies atómicos" (aunque la traducción literal es "Pesadilla en la ciudad contaminada"), la película comienza cuando el reporter Dean Miller (Hugo Stiglitz) recibe la tarea de entrevistar al Dr. Otto Hagelberg, científico que diseñó una planta nuclear donde se ha reportado un problema. Miller va al aeropuerto a esperar su llegada, cuando un avión no identificado realiza un aterrizaje forzoso en una de las pistas. Cuando la policía rodea al avión, Miller se acerca a observar los hechos. La puerta se abre, y del avión sale un grupo de zombies mutantes armados con hachas. Una batalla sangrienta comienza entre la policía y los zombies, mientras Miller logra escapar sin ser visto. Desesperado, Miller intenta dar la noticia al mundo, pero todo es silenciado por el General Murchison (Mel Ferrer), quien no permite que la información se conozca. La plaga se esparce, y Miller decide ir por su esposa Anna (Laura Trotter) al hospital donde trabaja, con el fin de poder escapar de la ciudad, que se ha vuelto una verdadera pesadilla de muerte y destrucción.

Escrita por el veterano Piero Regnoli en colaboración con Antonio Cesare corti y el español Luis María Delgado, "Incubo sulla città contaminata" no es técnicamente una cinta de zombies, pues las creaturas que presenta son más bien mutantes radioactivos con un gusto por la carne humana y que conservan aún lucidez necesaria para usar armas y conducir un automóvil. Sin embargo, la historia sigue fielmente el patrón clásico de una cinta de zombie, con los protagonistas tratando de sobrevivir en medio del caos en que se convierte la ciudad al irse esparciendo la plaga y se va descomponiendo la sociedad. La historia maneja varias ideas interesantes, entre las que destacan principalmente su mensaje ecológico, su clara postura antimilitar y el tener zombies con inteligencia y agilidad como los monstruos de la cinta. Lamentablemente, estas ideas se quedan perdidas en un guion plagado de huecos, incoherencias y acciones ilógicas por parte de los personajes, que en más de una vez resultan en absurdas situaciones de gran comedia involuntaria.

La ejecución por parte del director Umberto Lenzi (famoso por su cinta de horror caníbal "Il paese del sesso selvaggio") no ayuda en mucho a resolver este problema, sino al contrario, la pobre manufactura de la cinta vuelve aún más ridículas las situaciones que ocurren en "Incubo sulla città contaminata". Sin embargo, si algo hay que reconocerle a Lenzi en la cinta es que mantiene la acción constante con un ritmo frenético que evita que caiga en el tedio. A pesar de la baja calidad de la producción en general, Lenzi logra un par de escenas bastante efectivas donde se puede apreciar su ojo para la puesta en escena. Estas son el ataque a los bailarines en la televisora, y el ataque al hospital, donde Lenzi logra transmitir la sensación de caos que la historia conlleva. Lamentablemente, Lenzi no logra mantener esa calidad durante la cinta, e "Incubo sulla città contaminata" se ve repleta de problemas técnicos, que van desde un terrible trabajo de maquillaje a una edición bastante dispar, sin mencionar una fotografía algo mediocre (por Hans Burman, quien años después produciría y fotografiaría "Tesis").

Las actuaciones son otro de los grandes problemas en "Incubo sulla città contaminata", pues en general la calidad en este aspecto es bastante pobre. Al frente del elenco se encuentra el actor mexicano Hugo Stiglitz, interpretando al reportero Dean Miller, quien realmente no realiza un trabajo tan malo. Aunque tal vez no tenga el porte clásico de héroe, Stiglitz logra transmitir una intensidad muy adecuada para su desesperado personaje, y es quizás el único actor en toda la película en tomar en serio su papel. Mel Ferrer, bastante lejos ya de su época en "Scaramouche" (1952) interpreta al General Murchison sin mucha inspiración, como si no hubiera tenido realmente un gran interés en el resultado final. Lo mismo se puede decir del actor español Francisco Rabal (protagonista de "Nazarín" y "Viridiana", ambas de Luis Buñuel), quien hace un trabajo muy pobre como el Mayor William Holmes. Sin embargo, si el trabajo de estos actores es regular, el del resto del elenco es totalmente pobre, principalmente el de Laura Trotter, quien pareciera basar su actuación en gritar constantemente.

Como se mencionó anteriormente, "Incubo sulla città contaminata" es una cinta llena de problemas técnicos, lo cual no sería tan terrible si no fuera porque la película padece también de un guion pobremente desarrollado donde las cosas ocurren sin razón aparente e incluso personajes y subtramas son agregadas sin mayor fin más que el poder alargar la historia un poco. Aunque Umberto Lenzi ha demostrado anteriormente ser un director competente, en "Incubo sulla città contaminata" aparentemente no hay nada que pudiera soportar dicho argumento. Sin embargo, algo notable de "Incubo sulla città contaminata" es cuan extrañamente divertida resulta. Aunque quizás haya sido de forma involuntaria, la cinta de Lenzi se mueve rumbo al absurdo, a medida que se desarrolla, y pronto lo ridículo de las escenas se vuelve cómico. A pesar de sus innumerables problemas técnicos, hay en "Incubo sulla città contaminata" un cierto encanto en lo exagerado de lo que ocurre en pantalla que es imposible no pensar que probablemente el equipo se divirtió mucho realizándola.

Con un guión terriblemente malo, actuaciones mediocres y una hechura que deja mucho que desear, no se podría recomendar a "Incubo sulla città contaminata" como un buen ejemplo del cine de horror italiano, pues aún comparándolo con el cine de su época deja mucho que desear. Sin embargo, si algo logra Lezi en "Incubo sulla città contaminata", es el evitar el aburrimiento. A pesar de sus defectos (o quizás un poco debido a ellos), la cinta resulta una divertida experiencia, aunque probablemente no sea del agrado de todo el mundo. La verdad, si se busca verdadero cine de horror de calidad, lo mejor que puede hacerse es ignorar esta cinta y buscar en otro lado; pero si lo que se busca es algo de humor involuntario, "Incubo sulla città contaminata" de Umberto Lenzi podría llegar a ser una buena elección.

4/10
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