Para la industria fílmica mexicana, la década de los años 30s trajo la oportunidad de finalmente crecer y desarrollarse tras el estancamiento que se vivió en el inestable clima político de la Revolución Mexicana. Al mismo tiempo, el sonido hacía su aparición en el cine, lo que incrementó las oportunidades de llevar la identidad mexicana a la cinematografía del país, pues finalmente se podía escuchar al cine hablar en español. En aquellos primeros años del cine sonoro, el director Fernando De Fuentes se volvió rápidamente uno de los realizadores más importantes, siendo un verdadero pionero que sentaría las bases para la naciente industria del cine mexicano. en 1934, De Fuentes trabajaría en conjunto con el joven dramaturgo Juan Bustillo Oro para realizar uno de los primeros clásicos del cine nacional, "El Compadre Mendoza". Curiosamente, tras este exitoso trabajo en conjunto, ambos realizadores decidieran producir filmes de corte fantástico: Juan Bustillo Oro dirigiría "Dos Monjes", mientras que De Fuentes trabajaría en "El Fantasma del Convento".
Esta película es la historia de Alfonso (Enrique del Campo), su mejor amigo Eduardo (Carlos Villatoro) y la esposa de ésta, Cristina (Marta Roel); tres amigos que al encontrarse dando un paseo por el bosque, terminan perdidos al anochecer. Mientras el trió busca una manera de regresar al camino, encuentran a un misterioso monje (Victorio Blanco) que se ofrece a darles refugio en el viejo monasterio de la Orden del Silencio. En el convento, el viejo abad (Paco Martínez) les brinda un poco de comida y habitaciones para dormir, lo que el grupo acepta con agrado. Sin embargo, el abad les explica que el convento se encuentra embrujado por el fantasma de un monje que había vendido su alma al diablo con el fin de seducir a la esposa de su mejor amigo. La historia del viejo abad no hace sino perturbar más los nervios de los tres amigos, afectando particularmente a Alfonso, pues comienza a sentirse presa de la culpa por tener un amorío con la esposa de Eduardo. Estos miedos lo llevarán a experimentar una noche de pesadilla en el convento.
Escrita por De Fuentes, Bustillo Oro y Jorge Pezet, "El Fantasma del Convento" es esencialmente un intento de traer a la pantalla grande esa rica tradición de historias de fantasmas que abunda en las leyendas de la época colonial. El choque entre la ingenuidad de la modernidad (del México de los 30s) y los secretos del pasado es a primera vista, el tema principal de la película (y un tema que se volvería recurrente en el horror mexicano); pero en realidad la trama se acerca más a un estudio de personaje que a una historia convencional de terror, pues el horror sobrenatural se vuelve más bien un reflejo de los horrores que desencadena la psicología de sus personajes. Las relaciones entre los personajes toman gran importancia en el filme, por lo que hay un gran cuidado en construir tres personajes relativamente complejos y bien definidos, especialmente Alfonso, cuyos demonios personales cobran fuerza tras escuchar la historia del abad, que se vuelve el catalizador para desencadenar el alegórico descenso a la oscuridad que vive el personaje dentro de las paredes del convento.
La principal característica de "El Fantasma del Convento" es lo bien lograda que son las atmósferas de la película, efectivamente combinando la rica tradición de historias de fantasmas existente en México con el estilo visual gótico predominante en cine de horror norteamericano de su época. De Fuentes también muestra lo fuerte que fue la influencia del soviético Sergei Eisenstein en su cine (como ya había hecho en "El Prisionero Trece"), al emplear con gran habilidad el montaje, que aunado a un dinámico uso de la cámara (fotografía de Ross Fisher), dan forma a la ominosa atmósfera de claustrofobia y paranoia que sienten los personajes de la película. "El Fantasma del Convento" detalla el descenso a la locura que viven sus personajes como una incursión a un mundo surrealista, que tiene como clímax una maravillosa escena de pesadilla en la que De Fuentes saca gran provecho de sus limitados efectos especiales. La extraordinaria música de Max Urban es la cereza del pastel para una película que tiene una belleza casi sobrenatural.
Aunque hay buenas interpretaciones por parte del elenco principal de "El Fantasma del Convento", los actores de soporte parecieran ser actores sin entrenamiento real, pues se desenvuelven en escena de forma muy tiesa y recitan sus diálogos como si estuvieran leyéndolos, sin expresar gran emoción. Afortunadamente el trío de actores principales marca un abismo de diferencia, pues Enrique del Campo es efectivo como Alfonso, el valiente y extrovertido protagonista envuelto en un triángulo a moroso con la esposa de su mejor amigo. Marta Roel es excelente como Cristina, una mujer encantada con la idea de recibir las atenciones de un hombre fuerte y viril y abandonar a su tímido y cobarde esposo. Como Eduardo, Carlos Villatoro hace un excelente trabajo interpretando a un personaje introvertido e ingenuo, incapaz de pensar una infidelidad por parte de su esposa. Aunque en principio parecieran personajes estereotipo, este trío de actores logra construir personajes complejos y darle un carácter psicológico a la aventura sobrenatural que viven.
Aunque no fue la primera cinta de horror mexicana (ese honor pertenece a "La Llorona" de 1933), se podría asegurar que "El Fantasma del Convento" es el primer clásico del género realizado en México. La razón de esto es lo única e inusual que es, pues aunque bebe de diversas influencias muy reconocibles, es a la vez muy diferente a lo realizado con anterioridad (y a lo que vendría en el futuro del cine mexicano). Carente en su totalidad de comedia, "El Fantasma del Convento" se sabe que antes que nada es una cinta de horror, y De Fuentes mantiene un tono serio que eleva la atmósfera de misterio y suspenso que tiene la historia. Esto puede hacer a la cinta tener un ritmo un poco lento, aunque en general esto resulta apropiado para la historia. Por supuesto, hay problemas, como el ya mencionado desempeño del elenco secundario y el bajo presupuesto que en ocasiones se vuelve notorio; pero a pesar de estos contratiempos, "El Fantasma del Convento" es un excelente filme de horror que con inteligencia, logra crear una historia que parece adelantada a su época.
Finalmente, "Dos Monjes" y "El Fantasma del Convento" terminarían de inaugurar el cine fantástico mexicano de la etapa sonora, comenzando una breve pero muy interesante "época de oro" en la producción de horror en México. Aunque ciertamente son recordados por los filmes más comerciales de su etapa posterior, la contribución de los realizadores De Fuentes y Bustillo Oro para el desarrollo del cine mexicano es enorme, pues esta constante exploración de géneros y temáticas diversas los hicieron verdaderos pioneros en aquellos primeros años de cine sonoro mexicano. Con su tono sombrío y ese enfoque en la psicología de los personajes, "El Fantasma del Convento" es una de las películas más interesantes del cine mexicano de los años 30s.
8/10
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