El escritor de horror H.P. Lovecraft escribió alguna vez "La más antigua y poderosa emoción de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y poderoso tipo de miedo es el miedo a lo desconocido". Quizás nada representa mejor esta noción que las historias de fantasmas, pues desde tiempos inmemoriales, el misterio de la muerte ha sido siempre fascinante y terrorífico a la vez. Naturalmente, las historias de fantasmas llegaron al cine, habiendo ya fantasmas y embrujos en filmes desde aquellos cortometrajes de Georges Méliès a fines del siglo XIX. Dada su ambientación, las historias de fantasmas son tema clásico del cine de horror gótico, y han sido la base de numerosas obras maestras del género ("The Haunting" de Wise y "The Innocents" de Clayton por nombrar solo dos). "The Changeling" de Peter Medak, es una película de 1980 que continúa esta larga tradición de historias de fantasmas con un tema de horror gótico, pues se centra en una ominosa mansión encantada, y la macabra aventura que su recién llegado inquilino debe vivir para resolver el misterio detrás de la fantasmal presencia que la habita.
"The Changeling" (literalmente "El Sustituto", pero conocida en México como "El Intermediario del diablo" y en España como "Al final de la escalera"), cuenta la historia de John Russell (George C. Scott), un exitoso compositor que recién ha perdido a su esposa e hija en un trágico accidente automovilístico. Aún de luto por su pérdida pero esperando reconstruir su vida, Russell se muda a Seattle para dar clases en la universidad local, rentando una mansión abandonada perteneciente a la Sociedad Histórica de la ciudad, pues busca encontrar tranquilidad para componer de nuevo. La mansión, llamada "Casa Chessman", es enorme y ha estado abandonada por veinte años. Sin embargo, Russell comienza a experimentar una serie de eventos sobrenaturales que le hacen preguntarse su realmente se encuentra solo en la casa. Ruidos y otras situaciones apunten a la presencia de un niño que vivió ahí tiempo atrás., Aunque incrédulo al principio, Russell decide investigar el misterio con el fin de encontrar paz tanto para él como para el fantasma, y comienza a descubrir los secretos en el pasado de la Casa Chessman.
Basada en una historia de Russell Hunter (supuestamente sobre su experiencia real viviendo el Cheessman Park, Denver), la película fue escrita por William Gray y Diana Maddox, quienes inteligentemente crean un cautivante cuento de misterio que se desenvuelve lentamente a medida que la investigación de Russell progresa. Dando gran uso a las convenciones del género, los escritores siguen fielmente el clásico patrón gótico de las historias de fantasmas, manteniendo un apropiado balance entre el horror y el misterio. Y "misterio" es la clave del guion de "The Changeling", pues la trama está llena de múltiples giros que van construyendo una historia que funciona como mezcla entre ficción detectivesca y cine de horror, con Russell como un endurecido tipo rudo en un caso difícil. Este énfasis en la investigación de Russell es quizás el principal alejamiento de "The Changeling" a su de otra manera muy clasicista enfoque, pero es un toque que hace a la historia bastante interesante, particularmente por el hecho de que apoya un mejor desarrollo de sus personajes, y eleva a la historia por encima de su origen formulaico.
El director Peter Medak crea una película enormemente atmosférica que toma mucho provecho del estilo decididamente gótico que tiene la historia. Con un soberbio y elegante trabajo de fotografía hecho por John Coquillon, Medak usa perfectamente su locación para hacer a la Casa Chessman un personaje dentro de la cinta. Deja de ser un mero set, pues Medak la vuelve una extensión física de la presencia con la que convive Russell ahí, logrando algo muy similar a lo que el director Robert Wise realizó décadas atrás con su legendaria "The Haunting". Y como en el filme de Wise, "The Changeling" de Medak logra ser una película de horror donde el terror proviene de objetos bastante simples y mundanos en vez de usar complicados efectos especiales. En "The Changeling", una pelota roja puede llegar a ser más terrible que cualquier monstruo. Medak juega con lo que no se ve, con lo desconocido, para crear un horror en el sentido más puro. El énfasis puesto en el misterio y suspenso es horror gótico clásico, y la ominosa atmósfera sombría verdaderamente hacen de la cinta una digna heredera de sus antecesoras.
Famoso por su inolvidabe interpretación en "Patton" de Franklin J. Schaffner (1970), George C. Scott muestra de nuevo su enorme talento como el torturado compositor John Russell. La actuación de Scott luce muy natural, incluso realista, haciendo a su personaje cobrar vida con una encantadora honestidad que vuelve difícil no identificarse con él. Ciertamente, la imagen de Scott se adecua eficazmente al contexto del filme, pues crea a un personaje lo suficientemente rudo para la tarea, pero a la vez muy sensible, frágil y herido. La esposa de Scott en la vida real, Trish Van Devere interpreta a su contraparte, Claire Norman, la miembro de la Sociedad Histórica que rentó la casa a Russell. En un personaje que fácilmente pudo haberse vuelto un cliché, Van Devere brinda un excelente trabajo, carente de cualquier tipo de artificio y que aumenta en gran medida la sutil mezcla de realismo y fantasía oscura que tiene la cinta, y aunque su papel es considerablemente más pequeño, su trabajo es bastante efectivo. La película también tiene grandes interpretaciones de Melvyn Douglas, Jean Marsh y John Colicos en los papeles de reparto.
A pesar de haber sido opacada por películas de horror mucho más famosas que fueron lanzadas ese mismo año ("The Shining" de Stanley Kubrick y "Cannibal Holocaust" de Ruggero Deodato), "The Changeling" de Peter Medak tiene muchos elementos que la hacen uno de las mejores cintas de horror olvidadas de la década de los 80s. Con su estilo clasicista y su ominosa atmósfera gótica, es realmente un regreso a una forma de hacer horror mucho más sutil, más inquietante interiormente que gráfico o escandaloso. En términos de estilo, "The Changeling" podría verse como el polo opuesto al "Poltergeist" de Spielberg y Hopper (otra gran historia de fantasmas de los 80s), pues aunque ambos filmes cuentan una historia de casas embrujadas, lo hacen con una hechura completamente diferente. Contenida y casi minimalista, "The Changeling" se mueve lento en ocasiones, particularmente a medida que va desarrollando su compleja trama (que en ocasiones sí se siente innecesariamente compleja); sin embargo, este ritmo pausado aumenta el suspenso que el director Peter Medak va construyendo y ultimadamente es beneficial para el tono de la película.
"The Changeling" es sin duda la película más lograda del cineasta Peter Medak, pues aunque su retorno al género en "Species II" no fue realmente malo, se encuentra aún lejos del fantástico logro que realizó con este filme. Sutil, contenido y lleno de clase, "The Changeling" ofrece una visión moderna al estilo clásico de contar historias de fantasmas, dejando incluso huella en el género: la famosa cinta japonesa "Ringu" (1998) claramente toma prestados ciertos elementos de la trama y el tono de "The Changeling". Con su sorprendente atmósfera de pesadilla, soberbio trabajo de cinefotografía y su ritmo lento, "The Changeling" es un digno heredero del estilo de cine que directores como Wise y Clayton perfeccionaron en los 60s. "The Changeling" es pues, un sorprendente gótico moderno.
9/10
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