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24 de noviembre de 2013

The Vampire Lovers (1970)

Se podría argumentar que los 70s fueron tiempos difíciles para la legendaria Hammer Film Productions, pues tras haber tenido mucho éxito en los 60s con sus cintas de horror gótico, su fórmula clásica comenzaba a gastarse y aunado a esto, los tiempos cambiaban y enfrentaban nueva competencia de filmes más atrevidos, agresivos y contemporáneos. "The Vampire Lovers" surgió como un intento de calentar un poco las cosas al agregar una mayor dosis de erotismo a los horrores góticos que habían hecho famosa a Hammer. Ya desde el estreno de "Dracula" (1958), la casa Hammer había jugado sutilmente con el erotismo en sus producciones, pero "The Vampire Lovers" iría un paso más allá. El experimentado Roy Ward Baker (famoso por "A Night to Remember") fue puesto a cargo de la cinta, pero sería la introducción de una de las actrices irónicas del estudio, la bellísima Ingrid Pitt, lo que haría de la cinta un clásico de culto. Esta libre adaptación de la novela gótica de Sheridan Le Fanu, "Carmilla", es con todo derecho, una de las mejores cintas de la casa Hammer.

En la remota región austriaca de Styria, en el siglo 19, una serie de muertes entre los habitantes de la villa trae a la memoria los viejos rumores de vampirismo, especialmente cuando Laura (Pippa Steel), sobrina del General Von Spielsdorf (Peter Cushing), cae enferma de la misma plaga. Marcilla (Ingrid Pitt), hija de una Condesa, se encuentra viviendo en casa del General como huésped, luego de que el General aceptara darle asilo mientras su madre se encuentra fuera del país. Laura rápidamente se vuelve amiga de Marcilla, quien hace todo lo posible para confortar a la joven enferma. Tristemente, todo es en vano y la bella chica muere sin remedio. La misteriosa Marcilla, desaparece de la casa del General sin dejar huella. Semanas después, la enfermedad vuelve a la región, esta vez afectando a Emma Morton (Madeline Smith), hija de un escéptico noble británico (George Cole) Sin embargo, Emma tiene una amiga que la cuida, una joven de nombre Camrilla que tiene un misterioso parecido con la desaparecida Marcilla. Y con ella, la muerte llega a la casa Morton.

Aunque los guionistas Harry Fine, Tudor Gates y Michael Style se toman sus libertades con la trama de "Carmilla", "The Vampire Lovers" es realmente una de las adaptaciones más fieles a la novela de Le Fanu, en el sentido de que se mantiene fiel al espíritu de la novela y su balance entre horror gótico puro y elegante erotismo. La trama está muy bien desarrollada y hay un interesante intento en construir una nueva mitología vampírica separada de los filmes de Drácula de Hammer. Otro detalle es la manera en que se juega con el suspenso, pues con todo y que la historia es contada desde el punto de vista de la antagonista, la tensión (sexual y no-sexual) se encuentra siempre arriaba. Mantener un equilibrio entre el horror y el erotismo es difícil, pero "The Vampire Lovers" logra hacer un excelente retrato de estos dos aspectos tan importantes en el mito del vampiro. Carmilla es una tentación depredadora, una fuerza de la naturaleza que, fiel a la iconografía del vampiro, representa el caos y lo salvaje. Lo interesante es como resulta ser más encantadora y atractiva que los representantes de lo civilizado.

El experimentado director Roy Ward Baker (que ya había realizado para Hammer "Quatermass and the Pit" en 1967) trajo a la Hammer Film Productions su extraordinaria habilidad para hacer maravillas con recursos limitados, lo que le venía como anillo al dedo a los filmes de bajo presupuesto que la Hammer realizaba. Lo que le da Roy Ward Baker al filme es clase, es decir, una cierta sutileza y elegancia en su uso de la cámara que funciona brillantemente con el erotismo inherente en la historia. Aunque este enfoque sutil pudiera parecer recatado, realmente aumenta el erotismo de varias escenas, donde lo que se esconde es a veces más tentador que lo se muestra (y vaya que se muestra mucho). A pesar del bajo presupuesto, la película luce bastante bien, pues Roy Ward Baker hace un gran uso de sus recursos permitiéndose crear escenas de pesadilla a pesar del presupuesto. Una figura clave para esto es el fotógrafo Moray Grant, quien emplea sus talentos para lograr darle a la película una atmósfera espeluznante de fantasía oscura que la hace una de cintas con mejor fotografía en la historia de Hammer.

Claramente, "The Vampire Lovers" es básicamente un vehículo para el lucimiento de la bella Ingrid Pitt, y la actriz realmente saca el mayor provecho de esta oportunidad. Como el personaje principal, Carmilla, Pitt es simplemente avasalladora, y no sólo por su imponente belleza física. Pitt logra crear un personaje que es a la vez seductivo y terrible, encantador y destructivo, en síntesis, la escénica pura de una historia de horror. Con su poderosa presencia escénica, Pitt encabeza el film con soltura y crea un ícono en el proceso. Y esta fuerte personalidad hace un buen contraste con la inocencia representada por la actriz Madeline Smith como Emma Morton. Smith hace un buen trabajo en el papel, aunque el personaje está un poco desdibujado y termina como una damisela en peligro (la estrella es Carmilla por supuesto). Kate O'Mara hace uno de los mejores trabajos en el filme como Mme. Perrodot, una institutriz encantada por el poder de Carmilla. George Cole, Douglas Wilmer y el legendario Peter Cushing completan el elenco y dan excelente soporte con su experiencia y talento.

Sería muy fácil despreciar a "The Vampire Lovers" como una película erótica más acerca de lesbianas vampiro, especialmente ahora que el tema del lesbianismo vampiro ha sido tan gastado; pero realmente la película es más que eso. Para empezar, es una cinta de horror enfocada en sus personajes, con Carmilla al centro de todo, jugando con los demás como piezas de ajedrez. La atmósfera juega un papel aún más importante en "The Vampire Lovers" que lo usual en filmes de Hammer, pues Roy Ward Baker apunta a obtener un aura de romanticismo para su película. Ciertamente, el bajo presupuesto se nota en ocasiones y la película carece del dinamismo y energía de las dirigidas por Terence Fisher pero, esta visión al cine de vampiros no fue sólo un experimento de su época, era el siguiente paso en el camino al que Hammer había estado llevando al vampiro desde "Dracula" (1958): el vampiro no es sólo un monstruo, es un monstruo atractivo. La versión de "Carmilla" realizada por Roy Ward Baker establecería un nuevo "subgénero" en el horror, siendo influencia para los múltiples filmes eróticos de vampiros que le siguieron.

Los 70s probarían ser un tiempo difícil para la Hammer Film Productions, pues para mantenerse en boga la compañía comenzaría a producir todo tipo de variaciones a su fórmula de cine de horror. Algunos estarían ubicados en tiempos modernos, mientras que otros serían bizarras combinaciones de géneros ("The Legend of the 7 Golden Vampires", que mezcla el horror y las artes marciales, ejemplifica esto a la perfección). Sin embargo, "The Vampire Lovers" es una de las gemas olvidadas de aquel periodo experimental en la historia de Hammer. El experimento funcionaría, y dos películas más se harían con este modelo, formando lo que ahora se conoce como la "Trilogía Karnstein" (con "Lust for a Vampire" y "Twins of Evil"). A pesar de sus problemas, "The Vampire Lovers" puede considerarse como uno de lo mejores filmes de Hammer, no sólo de los 70s, sino de toda su historia.

8/10
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