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26 de mayo de 2014

Dracula (1931)

En el año de 1928, el fundador de los estudios Universal, Carl Laemmle, dio a su hijo Carl Jr. el puesto de director general de los estudios como regalo al cumplir 21 años. Aunque a todas luces este era un acto de nepotismo (comunes en la empresa de Laemmle), con el nombramiento comenzó la modernización del estudio justo cuando el cine sonoro desbancaba al silente en el gusto del público. Carl Jr. vio que en el sonido estaba el futuro, por lo que Universal abandonó el cine mudo y se enfocó en grandes producciones sonoras. Para 1930, los esfuerzos de Carl Jr. habían rendido frutos con el triunfo de "All Quiet on the Western Front" en los premios de la Academia. Sin embargo, la mayor aportación de Carl Jr. a la historia de Universal sería la decisión de adaptar al cine una de las más importantes novelas de horror de todos los tiempos: "Drácula" de Bram Stoker. Con el veterano Tod Browning en la dirección, "Dracula" lanzaría a la fama al actor húngaro Bela Lugosi e iniciaría toda una era en el género de horror, conocida ahora como la era de los monstruos de Universal.

La historia comienza con la llegada del abogado Renfield (Dwight Frye) a Transylvania en busca del castillo Drácula. Los lugareños le advierten que no se acerque al castillo, pero Renfield debe llegar para tratar un negocio. Al llegar, Renfield conoce al enigmático conde Drácula (Bela Lugosi), quien desea concertar la renta de una propiedad en Londres. Pero Drácula es un antiguo vampiro y el joven Renfield será convertido en su nuevo sirviente. Al día siguiente, Drácula se embarca hacia el Reino Unido en busca de nueva sangre. Al llegar a Londres, Renfield es apresado y enviado al sanatorio del Dr. Seward (Herbert Bunston) para enfermos mentales, mientras Drácula se adentra a la vida nocturna de su nueva ciudad. En un teatro, Drácula conoce al famoso Dr. Seward, así como a su bella hija Mina (Helen Chandler), su prometido John Harker (David Manners) y su amiga Lucy (Frances Dade). Drácula causa una gran impresión en Lucy, y esa misma noche la visita para tomar su sangre. Ahora Drácula enfocará sus atenciones en Mina, a menos que el profesor Van Helsing (Edward Van Sloan) pueda impedirlo.

Aunque de hecho este es el primer filme "oficial" basado en la novela de Stoker (F. W. Murnau no pudo conseguir los derechos para su versión silente "Nosferatu, Eine Symphonie Des Grauens"), problemas financieros debido a la Gran Depresión truncaron el sueño de Laemmle de producir una versión fiel a la novela, por lo que el guionista Garret Fort adaptó la versión teatral escrita por Hamilton Deane y John L. Balderston, que ya había tenido gran éxito en Broadway. La obra era menos fiel a los eventos de la novela (la trama es considerablemente simplificada), pero al menos la esencia de la historia permanece. El gran mérito de esta versión de "Dracula" es la construcción del personaje del conde como un monstruo seductor (El Nosferatu de Murnau era un monstruoso símbolo de la peste), que seduce tanto a hombres y mujeres con su carismática presencia y exótico salvajismo animal. Drácula también representa aquí el pasado, la superstición y la magia, mientras Van Helsing es un símbolo de la ciencia y el progreso. Y aunque su enfrentamiento es inevitable, el monstruo no deja nunca de ser más atractivo.

Ya para entonces un veterano del cine mudo, el director Tod Browning se había hecho un nombre por su gusto por la historias macabras e irreverentes. Junto al legendario actor Lon Chaney había dirigido clásicos del horror como "London After Midnight", "The Unknown" y "The Unholy Three", por lo que no era ajeno al cine del género. En "Dracula", Browning se acerca a un tipo de horror gótico mucho más serio y maduro (la cinta carece de momentos cómicos), jugando con la dualidad del conde como un ser a la vez atractivo y atemorizante. La búsqueda de la belleza en lo terrorífico se vuelve la constante en la cinta de Browning, que construye una ominosa atmósfera gracias a la extraordinaria fotografía del maestro Karl Freund (en uno de sus mejores trabajos). Así mismo, la decisión por parte de Browning de prescindir de música extradiegética en la cinta concentra la atención en la trama, y da un toque siniestro al permitir que el silencio domine el mundo nocturno de Drácula. Tal vez haya mucho de la teatralidad del cine mudo en el estilo de Tod Browning, pero dado el tema del vampiro como ser atemporal, no rompe tanto con el tono del filme.

Tres grandes actores se han vuelto legendarios gracias a esta película, y no sin razón, pues Lugosi, Van Sloan y Frye hacen un trabajo brillante en sus roles. Bela Lugosi, quien ya había interpretado a Drácula en teatro, luce fantástico en el papel que se volvería su maldición (pues terminaría encasillado como el conde), retratando con talento la mezcla entre la dignidad de un antiguo noble con la sensualidad salvaje del depredador vampiro. Su interpretación del conde es tan memorable que ha quedado para siempre registrada en la cultura pop como la iconografía clásica del vampiro. Edward Van Sloan es un contraparte perfecto como el científico representante de los valores y la moral de la sociedad victoriana. La fuerte presencia de Van Sloan es justo lo necesario para complementar el gran trabajo de Lugosi. Finalmente, Dwight Frye brinda su mejor trabajo como el perturbado Renfield, quien como sirviente de Drácula, roba fácilmente cada escena en la que aparece. El resto del elenco es mucho menos afortunado, siendo David Manners el peor en el papel de Jonathan Harker.

Como se mencionó anteriormente, "Dracula" de Tod Browning está lejos de ser una adaptación fiel de la novela de Bram Stoker, pero considerando las limitaciones presupuestales, el trabajo realizado es bastante apropiado. Sin embargo, un detalle que afecta al filme es el hecho de que fuera de Van Helsing, los "héroes" de la cinta son personajes bastante débiles y pobremente desarrollados. Mina y Jonathan Harker, la pareja protagónica en la novela se reduce a meras víctimas del elegante conde, y su única función en la trama es la de ser testigos de la lucha entre Drácula y Van Helsing. Por supuesto, nada ayuda el hecho de que los actores que dan vida a estos personajes, David Manners y Helen Chandler, brinden actuaciones acartonadas y poco interesantes, que en nada se acercan al talento mostrado por Lugosi, Frye y Van Sloan. Sin embargo, bien dicen que el total es mayor que la suma de sus partes, y "Dracula" es un gran ejemplo de esto, pues el filme no pierde su calidad de obra maestra a pesar de detalles como este. Lo que Browning logra es definir por completo el cine de horror que perduraría durante la siguiente década.

Todo un clásico del cine norteamericano, "Dracula" marcaría el inicio de una nueva era en el género de horror y marcaría la pauta a seguir por Universal Studios. El estudio continuaría explorando el género con éxito en filmes como "Frankenstein" y "The Mummy", aunque desafortunadamente Bela Lugosi y Tod Browning no lograrían un éxito similar. Lugosi, encasillado como villano extranjero debido a su fuerte acento húngaro, trabajaría en filmes de serie B por varias décadas, mientras que Browning realizaría una maravillosa obra maestra titulada "Freaks" que lamentablemente fracasaría en taquilla al ser malentendida por la audiencia. Sin embargo, "Dracula" queda como testamento de su talento, pues a pesar de sus defectos y que ya es un tanto obsoleta, la película tiene una cierta magia sobrenatural que la hace seguir cautivando audiencias.

9/10
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