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25 de mayo de 2014

Godzilla (2014)

En 1954, el productor Tomoyuki Tanaka de los estudios Toho decidió hacer una película que reflejara el horror de la bomba atómica que los japoneses habían experimentado en carne propia tras los ataques a Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. Trabajando con el guionista Shigeru Kayama y el director Ishirô Honda, el resultado fue la creación de uno de los más grandes iconos del cine de horror: Gojira, mejor conocido como Godzilla, el Rey de los Monstruos. Tras su estreno en 1954, la película "Gojira" inició todo un subgénero cinematográfico (el kaiju eiga) en el que monstruos gigantes luchaban sobre las ciudades, creando toda una mitología en la que Godzilla tenía el rol central. Ya sea como brutal destructor, ó heroico protector de la humanidad, Godzilla ahora forma parte de la cultura pop, representando cuan pequeños somos frente a la furia de la naturaleza. Después 50 años de historia fílmica, Toho decidió dejar a Godzilla descansar por diez años, y en el 2014 su retorno corre a cargo de un estudio norteamericano, en un intento por revivir al mítico monstruo nipón y borrar de la memoria el anterior intento de 1998.

La historia comienza en 1999, cuando los científicos Ishiro Serizawa (Ken Watanabe) y Vivienne Graham (Sally Hawkins) descubren el esqueleto de un monstruo gigante y dos huevos en el fondo de una mina en las Filipinas. Uno de los huevos está roto y hay rastros de que lo que salió de ahí ha entrado en el mar. Mientras tanto, en Japón, una serie de terremotos sacude la planta nuclear de Janjira. Sandra Brody (Juliette Binoche) y un su equipo de ingenieros revisan el estado del reactor cuando una fuerte explosión libera la radiación. Su esposo Joe (Bryan Cranston), el superior de la planta, se ve obligado a dejar morir a su esposa para salvar la ciudad de un desastre mayor. Años después, Joe sigue convencido de que lo que ocurrió en Janjira no fue un sismo normal, ya que repetidamente se le ha negado el acceso a la zona. Su hijo, Ford (Aaron Taylor-Johnson) es ahora un militar y vive distanciado de Joe, considerándolo un loco. Sin embargo, cuando Joe lleva a Ford a Janjira, descubren que lo que se ha ocultado es la existencia de monstruos gigantes, y estos han despertado.

A lo largo de los años, las películas de Godzilla han tocado temas que van desde el horror nuclear hasta la destrucción del medio ambiente. En esta ocasión, la historia escrita por Max Borenstein y Dave Callaham (y sin crédito David S. Goyer y Frank Darabont) presenta a Godzilla como la fuerza de la naturaleza frente a la acción del hombre. Sin embargo, la temática que la historia intenta sostener pierde fuerza pues Godzilla adquiere un rol secundario frente a las criaturas gigantes que los seres humanos han despertado, denominados MUTOs (Massive Unidentified Terrestrial Organism). Dado que la historia gira al rededor de la amenaza que presentan estos monstruos, Godzilla queda reducido a ser casi una especie de deus ex machina andante. Aunque hay un intento por desarrollar una historia humana en contrapeso a los monstruos gigantes, pero el desarrollo de personaje es tan pobre que se limita a explicar la trama. Ciertamente, las cintas de Godzilla nunca han presumido de ser grandes dramas, pero el problema es que en esta nueva versión, el drama humano juega (o intenta jugar) un rol principal.

La razón de esto es que el director Gareth Edwards (quien se diera a conocer con "Monsters" en el 2010) decide enfocar su atención en los personajes humanos que viven el desastre que dejan a su paso los monstruos. Como en su anterior cinta, Edwards mantiene a los monstruos en la oscuridad, mostrando sólo las huellas de la destrucción que van quedando tras la lucha. Si bien en "Monsters" este enfoque funcionaba debido a la cuidada construcción de una fuerte relación entre personajes humanos (sin mencionar lo conveniente para un filme de bajo presupuesto como el suyo), en Godzilla se vuelve inútil al tener personajes unidimensionales y vacíos que no generan empatía. Aunque los efectos especiales son realmente grandiosos (Godzilla no se ha visto jamás tan bien y se respeta el diseño original de los estudios Toho) y se logra capturar la gran escala de la lucha entre los titánicos monstruos, Edwards no deja apreciar totalmente tal trabajo al optar por cortar a las reacciones que sus personajes tienen frente a la lucha. Reacciones no siempre bien expresadas por sus actores.

Aunque las actuaciones no han sido nunca el punto en las cintas de Godzilla, el trabajo realizado por el elenco de esta versión de "Godzilla" es en particular bastante mediocre. A pesar de contar con actores de renombre en el elenco, las actuaciones están lejos de ser lo mejor que estos artistas pueden dar, y mucho de esto es atribuible a la pobre dirección de Gareth Edwards. Bryan Cranston y Juliette Binoche, como Joe y Sandra Brody, brindan un trabajo admirable al lograr el único momento real de drama humano de la cinta. Lamentablemente, su participación es demasiado corta. El protagonista del filme, Aaron Taylor-Johnson (como su hijo Ford), no logra salir nunca del estereotipo de heroico marine estadounidense, e incluso pareciera que poco le importan sus padres o su propia familia. Elizabeth Olsen, que interpreta a su esposa Elle, limita su participación a gritar al ver a los monstruos pelear. Lo más lamentable es ver que Ken Watanabe, David Strathairn y especialmente Sally Hawkins en roles sin ningún peso y cuya única función es la de explicar la trama a la audiencia.

"Godzilla" no es una mala película, simplemente es en extremo mediocre y esto la hace lamentablemente poco memorable. El decepcionante resultado de la cinta es como si el director Gareth Edwards hubiera tomado a Godzilla para intentar hacer una especie de remake de su cinta anterior, "Monsters". Pero con menor suerte. Aunque se agradece el respeto por el diseño original y la mitología del primer "Gojira", así como el que se tome en serio el tema (afortunadamente no hay Minillas o Godzookys); la película no logra capturar la magia de ver dos monstruos luchar en la ciudad. Principalmente porque Edwards no deja observar mucho de la lucha. Y no es que el enfoque de Edwards en el drama humano sea una decisión errónea, sino que este drama no esta construido bien, resultando en una película que se siente aburrida y cansada hasta que llega Godzilla (y llega un poco tarde). Gran parte de esto es adjudicable al guión con que Edwards trabajó, que se basa excesivamente en coincidencias increíbles y diálogos explicativos para avanzar la pobremente desarrollada trama.

Como se mencionó anteriormente, "Gozilla" no es una mala película, es más bien decepcionante. Tras diez años sin el monstruo en pantalla grande y con el respaldo de un gran estudio, se esperaba un épico retorno a la gloria que aprovechara el desarrollo técnico de la industria norteamericana. Lamentablemente, no fue este el caso. Hay incluso cosas que el tan criticado filme de Roland Emmerich ("Godzilla", 1998) ejecuta mejor que esta nueva versión. Aunque hay elementos bastante rescatables en la película (la música de Alexandre Desplat es sin duda uno de ellos), en general la cinta de Gareth Edwards es una película que no logra cumplir la expectativa generada. Hay un progreso, pero aún parece que Hollywood no ha logrado comprender el secreto de Gojira.

5/10
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