Tras el fracaso comercial de su controversial obra maestra "Freaks" en 1932, el director Tod Browning se encontró en serios problemas para encontrar nuevos proyectos. Browning era un cineasta de probado talento, habiendo dirigido no solo algunos de los mejores filmes de la era silente con el actor Lon Chaney, sino que también realizó la obra maestra del horror "Dracula" en 1931. Sin embargo, "Freaks" probó estar adelantada a su tiempo y tristemente sufrió de los prejuicios de una audiencia indispuesta a entender la trágica historia de un enano enamorado de una mujer. En este estado de desgracia, el estudio rechazó sus proyectos continuamente y Browning se conformó con dirigir "Fast Workers", melodrama interpretado por otra "estrella en desgracia", el actor John Gilbert. Afortunadamente Browning lograría regresar al género que lo hizo famoso en 1935, cuando se le ofreció realizar un remake de su clásica cinta muda "London After Midnight" (hoy desaparecida). Y no solo eso, sino que también este proyecto lo reuniría con el mismo Drácula: Bela Lugosi.
"Mark of the Vampire" (literalmente, "La Marca del Vampiro") es la historia de la tragedia que rodea a la acaudalada familia Borotyn. El patriarca, Sir Karell Borotyn (Holmes Herbert) ha sido asesinado en circunstancias extrañas, y pronto el pueblo sospecha que esto ha sido obra del Conde Mora (Bela Lugosi) y su hija Luna (Carroll Borland), antiguos nobles de la localidad que los supersticiosos lugareños sospechan que se han convertido en vampiros tras haber muerto de manera misteriosa. El Inspector Neumann (Lionel Atwill) no cree en los rumores y sospecha que en realidad hay un motivo mucho más mundano y menos sobrenatural detrás del asesinato del anciano. Sin embargo, cuando la única hija de Sir Karell, la bella Irena (Elizabeth Allan) se convierte en blanco de los vampiros, el Inspector Neumann decide unir fuerzas con un extraño científico especialista en lo oculto que se hace llamar el Profesor Zelin (Lionel Barrymore). Juntos, Neumann y Zelin deberán enfrentarse a los vampiros y resolver el misterio antes de que alguien más termine muerto.
Como se mencionó anteriormente, "Mark of the Vampire" es esencialmente un remake del desaparecido clásico "London After Midnight", aunque en esta ocasión Browning aumenta los elementos de horror presentes en la historia al enfocarse en la pareja de vampiros en vez del misterio de la trama. El guión (de Guy Endore y Bernard Schubert, basado en la historia original de Browning) es complejo e inteligente, mezclando hábilmente el humor negro con el misterio de una forma nada solemne y más bien muy divertida. De hecho, podría verse a "Mark of the Vampire" como una especie de sátira del tipo de filmes de horror de su época. Lamentablemente, el filme sufrió de 20 minutos de cortes por el estudio, que se mostraron en contra de la idea de Browning de presentar a la pareja de vampiros como una incestuosa pareja de padre e hija (entre otras cosas). Incapaz de luchar contra el estudio dado sus anteriores fracasos comerciales, Browning no tuvo más remedio que permitir el corte, generando de esta forma múltiples huecos en un trama que ya de por si es un tanto confusa.
Como en la gran mayoría de los filmes de Browning, el poder de la cinta se encuentra en las inquietantes imágenes concebidas pro este maestro del cine silente, imágenes tan poderosas que al menos en este caso compensan la confusa y problemática trama. De hecho (y justo como en "Dracula"), muchas de las mejores escenas en "Mark of the Vampire" ocurren cuando nadie habla y sólo las imágenes llevan la historia adelante (como ejemplo, el vuelo de Luna). Llevando esa influencia del expresionismo al máximo, Browning hace del vampiro la visión definitiva del mal irresistible, dotándolos de un resplandor sobrenatural en la oscuridad que los vuelve diabólicamente atractivos. Tristemente, el guión no explora a los vampiros lo suficiente como para permitir más escenas con ellos. Algo notable de la cinta es la forma en que Browning maneja la comedia, pues resulta refrescante el humor negro del que dota a sus personajes. En particular, el extraño Profesor Zelin (rol que tuviera Lon Chaney en la cinta original) es una figura en la que Browning mezcla la malicia con la locura en una forma bastante bizarra, aunque no menos divertida.
Gran parte del carisma de este personaje se debe al gran talento del actor Lionel Barrymore, quien hace un trabajo notable al llenar los zapatos del gran Lon Chaney. Aunque se pudiera acusar a su trabajo de exagerado, lo cierto es que este tipo de actuación le cae al personaje como anillo al dedo, pues el Profesor Zelin no es un serio Van Helsing, sino un excéntrico tan extraño como los monstruos a los que se enfrenta. Lionel Atwill, quien sí interpreta a un personaje serio, brilla como el Inspector Neumann, a quien dota de una dignidad estoica que hace gran contraparte a la locura de Zelin. Juntos forman una suerte de pareja dispareja, con Neumann desconfiando en todo momento de quienes considera tontos supersticiosos, entre ellos Zolin. Borland y Lugosi lucen maravillosos como los silenciosos vampiros que interpretan, aunque es triste que sus escenas hayan sido reducidas tanto. Jean Hersholt, Donald Meek e Ivan Simpson aparecen en roles secundarios, con Meek y Simpson en papeles cómicos que parodian los estereotipos del género de horror de la época.
Tristemente, la película (o lo que queda de ella) sufre de tantos defectos que se opaca lo brillante que existe en ella, dejando el producto final como una película apenas mejor que el promedio. No es sólo el hecho de que los cortes realizados por el estudio terminaron por destruir la trama, sino que el humor negro de Browning no se logró traducir bien a esta cinta sonora, resultando en ocasiones en exageraciones tal vez más apropiadas al cine silente. Para empeorar las cosas, las actuaciones de Elizabeth Allan y Henry Wadsworth, quienes interpretan a la pareja romántica de la cinta, son en verdad terribles y fácilmente lo peor en un elenco que en general hace un buen trabajo. Hay muchas cosas que rescatar de "Mark of the Vampire", pero a la vez muchos problemas que impiden que la cinta se disfrute, empezando con la historia, que nunca logra desarrollarse bien y, dados los huecos que quedan en el argumento, deja nudos sin desatar y elementos sin explicar satisfactoriamente. Lo que es lamentable, pues la premisa de la cinta no deja de ser interesante.
Con todo y los problemas que la plagan, "Mark of the Vampire" funciona bien con esa mezcla de comedia, misterio y horror (y por supuesto, nunca cae mal ver a Atwill, Barrymore y Lugosi en gran forma). Definitivamente no es la típica cinta de vampiros, y como se escribió anteriormente, se podría llegar a pensar que Browning concibió la cinta como una sátira del género de horror más que como un serio intento de replicar la magia de "Dracula". Finalmente, vale la pena recordar que fuera de la reconstrucción a base de fotografías, esta es tal vez la manera más cercana de saber como era la desaparecida "London After Midnight". Aunque lejos de ser una obra maestra, "Mark of the Vampire" es una cinta interesante dentro de la carrera de Browning tras el debacle que sufrió tras "Freaks".
7/10
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